¿Por qué no puedo desprenderme de él? Depués de como se ha portado conmigo, y en reiteradas ocasiones, sigue siendo un integrante más de mi séquito cercano.
No voy a negar que mantenerlo en esa posición ha sido extremadamente útil. Me informa y me entretiene. Sólo falta que me eduque y puedo deshacerme de mi televisor.
Cuando todos los demás me abandonan aún puedo contar con su apoyo porque sé que él quiere estar ahí. De otra forma, el único puesto que podría ocupar se sitúa en el extremo opuesto. Y no le conviene.
Callo. Observo sus movimientos. Y finalmente agradezco. Ese ser detestable en el interior es de lo más agradable. Lo único que tengo que hacer es no focalizarme en su interior.
A veces pienso que me utiliza de la misma forma en que yo lo utilizo a él, en una relación simbiótica de seres detestables. Es el lugar que me ha tocado ocupar. Soy un ser detestable y no lo puedo ocultar. Por eso algunos huyen, otros temen y él se queda.
25.1.11
Tus amigos cerca...
Publicado por Rogo en 8:39 p. m.
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