Una piedrita

En un día como hoy, pero hace 4 años atrás, se instalaba una piedrita en un terreno yermo. Ahí donde antes hubo un campamento gitano o unos pibes de camping pero ahora ya no quedaban ni los rastros.

Esa piedrita hoy sigue en el mismo lugar. Estoica, perenne, constante. Sobre ella se va edificando poco a poco un buen futuro, una renovación, un mercado cada vez más extenso en ofertas.

Hablo por supuesto de PERDÓNALOS SEÑOR (NO SABEN LO QUE HACEN).

Sin esa apuesta arriesgada hoy no existirían ni la JESI, ni el nuevo aire del Match, ni el inminemte Posibles Papeles... entre otros.

Y no es agrande.

Muchas cosas se me agolpan detrás de los ojos cuando pienso en todo este tiempo. Siempre comenzando con lo mismo: el miedo de la primera vez. Luego los cariños de la satisfacción (que también funcionan en viceversa), los viajes físicos y mentales por los que nos obligamos a ir para hacer de esta tarea un mundo nuevo cada vez, y finalmente el hoy.

Ese hoy que casi sin avisar se nos vino encima y no nos dio tiempo de analizarlo.

Para mí el disfrute de hoy es comparable al del ayer. Más viejo y más sabio, con más preocupaciones encima, pero todavía disfrutable.

Por eso vamos a seguir estando en este lugar. Autoimpuesto, porque así lo quisimos. Conquistado, porque trabajamos por ello. Referencial, porque somos todavía esa piedrita.




¡Bienvenido Pablito!
Y por muchos años más.
A disfrutar de hoy.