24.4.11

Libros prestados

Ayer se celebró el Día del Libro, y como persona a la que le gustan los libros no podía dejar pasar la oportunidad para escribir un poco sobre los mismos.

Mucho se ha alabado al libro en estos últimos años en los que los medios electrónicos parecen copar la parada, y algunos tipos que no entienden nada han alabado a los medios electrónicos.

No se preocupen, no haré nada de eso aquí.

En cambio, hablaré de mi situación particular. Tengo en mi casa una biblioteca, pequeña se podría decir, que no sobrepasa los 100 libros. Borges dijo una vez que una persona es los libros que lle, los discos que escucha y las películas que mira. Una de mis pequeñas aficiones es espiar bibliotecas ajenas para intentar conocer un poco más a sus dueños. Basándome en este procedimiento es como también he logrado ampliar mis conocimientos literarios y he adquirido una pequeña costumbre que casi he perfeccionado hasta convertirla en un arte: el garroneo de libros.

Los libros ajenos tiene otro color, otro olor, otra textura. No crujen cuando unos los abre por primera vez, tienen manchas, hojas dobladas e incluso pasajes subrayados. La idea de posar mis ojos sobre la misma frase que fue leída tiempo atrás por un amigo me lleva a pensar en él, en lo que debe haber sentido en ese momento, en nuestras coincidencias y discrepancias en gustos literarios y en la vida en general. Pensar en los lugares que ese libro ha recorrido, los momentos que ha hecho pasar a otra persona, lo que esa persona pensaría si supiera que yo estoy pensando esto. Las razones que tuvo para comprar ese libro, o si se lo regalaron quién lo hizo y por qué y cómo nos conecta eso a esa tercera persona.

El libro prestado es un placer que te conecta con muchas almas y por eso les pido, amigos míos, que me sigan prestando libros de la manera desinteresada con que lo han hechos hasta ahora. La conexión se hará cada vez más grande. Tal vez algún día llegue a niveles interplanetarios... ¿quién sabe?

0 comentarios: