HOY: La pared mágica.
En algún lugar del ordenado mapa de la ciudad de La Plata existe una pared con propiedades diferentes a las de las demás paredes del mundo.
Si uno se para frente a ella en el momento adecuado, la pared es transforma en una especie de espejo. Pero no un espejo cualquiera, sino en un espejo... del tiempo, por decirlo así.
Aquel que se coloque frente a ella podrá ver una imágen de sí mismo, años atrás o años por venir.
Algunos hombres de negocios, con portafolios y todo, han podido verse en la niñez parados frente a esa pared mientras se hurgaban la nariz, mientras que niñas de trenzas, pollera y mocasines con medias blancas han logrado observar las arrugas que les depararía el destino.
Muchas personas han polemizado sobre el asunto e incluso un grupo de ellos descartan que la pared sea sólo un espejo para ver a través del tiempo, sino que comunica ambos momentos y que por eso la confrontación debe hacerse con extrema precisión, y dos veces. O sea, si queremos vernos en nuestra niñez, hay que asegurarse de posar frente al espejo aunque sea una vez mientras seamos niños, y otra vez en el presente.
Los que abogan por esta teoría intentan quitarle el ingrediente mágico y reemplazarlo por datos científicos, sin darse cuenta que la magia de hoy es la ciencia de mañana.
PD: Es de común conocimiento que una de las razones por la cual los objetos pierden su magia es debido a su excesivo uso o fama repentina. Es por eso que la foto que ilustra el artículo tal vez no sea de la misma pared de la que éste habla. Saludos.
9.3.11
La Plata Mágica I
Publicado por Rogo en 4:42 p. m.
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